Es decir, hemos disfrutado del aire libre y probablemente, hemos protegido nuestro cuerpo de la exposición solar, pero hemos descuidado proteger nuestro cabello.
El pelo es el que más padece el paso del verano, de la exposición solar, del viento, de la sal del mar y el cloro de las piscinas, y al final del verano está más áspero, frágil y sin brillo.
Pero no debemos preocuparnos porque con unos cuidados podemos volver a lucir una melena sana que nos proteja del frío este invierno y nos haga estar guapos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es no lavar en exceso nuestro cabello. En función del tipo de pelo que tengamos, necesitaremos una frecuencia de lavado concreta.
Para ello utilizaremos agua fría o templada y a la hora de aclarar usaremos abundante. Así conseguiremos arrastrar y eliminar cualquier tipo de residuo del champú y mascarilla que hallamos usado.
Para reestructurar y reparar el pelo en profundidad usaremos una mascarilla reparadora
Ésta se debe aplicar sobre el pelo bien escurrido, mechón a mechón, y con ello se reorganizaran las células que están en la cutícula del pelo (la capa más externa), para que una sobre otra se dispongan en forma de teja, consiguiendo así la protección del interior del pelo y el brillo del mismo.
En el caso de los cabellos teñidos hay que dar un paso más hacia la reparación ya que el Sol estropea los tintes y hace que estos desaparezcan o cambien de tonalidad. En estos casos hay que usar mascarillas especiales que protegen el color
¡Hoy es un buen día para empezar a reparar tu cabello!
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