miércoles, 27 de junio de 2012

La dieta en verano

Además de la protección externa del sol con cremas, también es importante proteger la piel desde el interior. Por eso, la alimentación en verano es fundamental.

En esta época del año aprieta el calor, cambiamos la actividad lo que provoca que nos apetezcan comidas más frescas y ligeras.
El cuerpo es sano y en verano nos pide una mayor cantidad de zumos y ensaladas que nos aportan mucha hidratación, para combatir el calor; fibra, para el estreñimiento y pocas calorias, idóneas para enfrentarnos a una menor actividad física que en el resto del año.

Lo recomendable es consumir alimentos de fácil digestión como cereales, pasta, arroz, frutas y verduras. Asimismo se debe intentar evitar los fritos, cocidos y verduras flatulentas.

Los alimentos elegidos serán los de temporada: berenjena, calabacín, cebolla, judías verdes, lechuga, tomate, pepino, pimientos, ciruelas, higos, melocotón, melón, sandía, uvas etc.

Se deben tomar bien limpios y preferiblemente crudos. Con ello aprovechamos todas los nutrientes que nos pueden aportar, ya que algunas vitaminas se destruyen con el calor.

Es recomendable incluir zumos, licuados vegetales y helados, a poder ser caseros, como piscolabis para mantener constantemente el cuerpo refrigerado e hidratado aportando al mismo tiempo vitaminas y minerales.

No debemos olvidar incorporar a nuestra dieta proteínas con alimentos como la carne o especialmente el pescado por ser más ligero.

Como hemos indicado anteriormente el ritmo de comidas cambia del invierno al verano. En verano comemos menos cantidad pero más frecuentemente.

Es importante respetar el tiempo de digestión para tomar un baño o hacer una activiadad fuerte.Se debe esperar al menos hora y media para evitar los cortes de digestión, cuya sintomatología son las nauseas, vómitos y  el dolor abdominal agudo.

Otra precaución que debemos tener en cuenta es la referente a la conservación de los alimentos. Las temperaturas altas hacen que los alimentos tengan mayor riesgo de contaminarse con bacterias y producir infecciones. Por ello es muy importante mantener los alimentos en la nevera hasta el momento de consumirlos.

En el verano disfrutamos del Sol, del tiempo libre y de una dieta fresca ligera y equilibrada.

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